Economía saludable. Hablemos de plata (Cap. 3)

Person Putting Coin in a Piggy Bank

Independientemente del significado que le demos, todos necesitamos dinero para sobrevivir en este mundo. Sin embargo, como decíamos unos posteos atrás, es un tema tabú del que generalmente evitamos hablar.

Hablamos con discreción de “nuestros números”. No hablamos de sueldo, ni de patrimonio. No decimos cuánto gastamos en X cosa salvo que tengamos la seria intención de presumir (porque pagamos poco 🤩, o pagamos mucho🤑). Nos cuesta admitir cuanto ganamos, o cuantos ahorros tenemos.

Probablemente en nuestra infancia veíamos a nuestros padres gastar sin saber si ahorraban, si tenían deudas, cuánto ganaban o qué hacían con su plata. Crecimos sabemos gastar, pero sin la más remota idea de todo el resto. Y como de eso no se habla…

Si no nos sentimos cómodos hablando con nuestra gente cercana (familia, amistades) ¿cómo vamos a sentirnos a gusto cuando negociemos un aumento de sueldo, o pasemos un presupuesto?

Si no hablamos de dinero, es posible que no sepamos cómo está nuestra situación financiera ni cómo podemos mejorarla.

Lo llamativo de esta costumbre de “no hablar de plata” es que también sucede en los ámbitos educativos. No se habla en las universidades, mucho menos en los colegios. Y así llegamos a la vida adulta sabiendo poco y nada.

Necesitamos cambiar la narrativa. Al hablar de dinero abiertamente, podemos obtener consejos y orientación sobre cómo manejar nuestras finanzas de manera más efectiva. Podemos aprender a ahorrar, invertir y hacer un presupuesto. Y con esa base podemos tomar decisiones financieras informadas a largo plazo.

Necesitamos EDUCACIÓN FINANCIERA, algo tan simple y complejo a la vez como estudiar un poco para tomar decisiones basadas en datos, y armar un plan para llevar una vida económica saludable.

Hoy en día tenemos a disposición algunas plataformas o herramientas que facilitan enormemente este aprendizaje. Algunas de nuestras favoritas son Amiga hablemos de plata, Mujer Financiera, Dinero en Orden o el Instituto Baikal que de manera muy simple ayudan a entender e incorporar algunos conceptos clave para manejar nuestra economía.

Acá algunos de nuestros favoritos:

  1. Presupuesto: es la base de una vida económica saludable. Nos ayuda a controlar nuestros gastos, sin endeudarnos y asegurándonos de que estamos viviendo dentro de nuestras posibilidades.
  2. Ahorro: es fundamental reservar una parte de nuestros ingresos para situaciones de emergencia, metas a corto plazo y para nuestra seguridad financiera a largo plazo. Si bien esto es lo más difícil, sobre todo en una economía compleja como la argentina, es importante ordenar nuestros gastos para poder destinar un % al ahorro.
  3. Endeudamiento responsable: Desde el uso de la tarjeta de crédito, hasta pedir un préstamo (herramientas que pueden ser muy útiles) la clave está en evaluar nuestra capacidad de pago, asegurándonos que asumimos compromisos que podemos cumplir.
  4. Inversiones: Las inversiones son una forma de hacer crecer nuestro dinero a largo plazo. Aprender sobre diferentes opciones de inversión, como acciones, bonos o fondos de inversión, nos permite tomar decisiones informadas y sin miedo para hacer crecer nuestros ahorros y cubrirnos frente a la inflación.
  5. Fondo de emergencia: Es nuestro reaseguro de que ante una eventualidad, tenemos la tranquilidad de poder responder. Idealmente tener, como un ahorro del equivalente a 3 meses de gastos fijos cubiertos. Mujer Financiera lo explica muy bien acá
  6. Educación financiera continua: seguir aprendiendo y actualizándonos sobre temas financieros, noticias económicas, nuevos productos financieros y estrategias de inversión nos ayuda a tomar decisiones más acertadas y así mejorar nuestra economía.

Una manera de empezar a ordenar nuestras finanzas es aplicar la regla del 50/30/20 para la distribución de nuestros ingresos:

  • 50% GASTOS FIJOS: es todo eso que hay que pagar todos los meses si o si: alquiler, luz, gas, teléfono, colegios, obra social, etc. No importa lo que pase, hay que pagarlos igual.
  • 30% GASTOS VARIABLES: también se pagan todos los meses, pero podemos ajustar un poco por arriba o por debajo, según las necesidades. Es lo que gastamos en comida, viáticos, salidas, vacaciones, gimnasio, extras.
  • 20% AHORRO: para el fondo de emergencia primero, y después objetivos de corto, mediano y largo plazo como cambiar la compu, un viaje, un auto, o mudarte (acá es donde se torna clave la gestión de inversiones que te ayuden a hacer crecer tu patrimonio, por más chiquito que sea).

Sabemos que esto puede ser complicado en contextos tan inestables como el de Argentina hoy, pero precisamente por eso es que es importante tratar de respetarlo. Ajustar nuestros gastos o buscar la manera de mejorar los ingresos nos van a permitir transitar la incertidumbre con más libertad.

Un concepto que nos gusta mucho es el de LIBERTAD FINANCIERA del que habla Morgan Housel en su libro “La psicología del dinero (como piensan los ricos)” y del que contamos un poco en este post. Lo que propone este autor es desafiar algunas creencias y generar nuevos hábitos (¡cómo nos gusta eso!): hacer dinero y mantenerlo requieren habilidades como humildad, miedo y flexibilidad. No todo se trata de números, sino de cómo manejamos nuestras emociones y actitudes.

¿Y vos, qué opinás?

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