NO. Qué palabra tan cortita y tan poderosa. Tan simple. Tan controversial.

El año pasado escribíamos este posteo sobre el poder de decir NO. Sobre este mismo tema tenemos un módulo entero en nuestros programas de liderazgo; lo tratamos también en los talleres y en las consultorías; no hay, casi, ninguna sesión de coaching individual donde no hablemos de esto: ¿porqué nos cuesta tanto decir que NO?

😕 Decir que NO es incómodo
Nos enseñan, desde la más tierna infancia, que lo bueno es tener una actitud positiva, generosa. Así vamos aprendiendo que decir SI (otro monosílabo poderoso) es la forma correcta de andar por la vida. Y el NO, en cambio, es prohibición, reto, egoísmo, límite.
Aprendemos después que no hay que empezar una frase (¡y mucho menos un titular!) usando la palabra NO.
Y así, con la fuerza que tiene el lenguaje para construir realidad, nos quedamos atrapados entre el bien y el mal, lo positivo y lo negativo, el SI y el NO… prestándole mucha atención a no caer en el lado oscuro de la fuerza. Lo que no nos cuentan, y tardamos mucho (a veces demasiado) en aprender es que son las dos caras de la misma moneda: todo SI lleva implícito un NO. Cada vez que digo SI a algo, le digo que NO a otra cosa. Si voy a esa fiesta que no me divierte, me estoy negando la noche de Netflix + helado que planeé. Si acepto ese trabajo por menos de lo que vale, me pierdo la posibilidad de tomar otros proyectos más rentables, o más interesantes.
😊 Decir SI implica responsabilidad, compromiso, voluntad, tiempo
Y todo eso, créannos, es mejor que lo hagamos con ganas. O sea, no es que siempre hacemos las cosas con ganas… no vamos a ser tan naifs. El tema es que al menos tengamos claro que cuando decimos que SI a algo, sea por motivos que valen la pena: aceptamos bajar un presupuesto porque el proyecto/ cliente nos resulta desafiante, decimos que SI a hipotecar el sábado por cuidar a nuestros sobris porque la pasamos bomba (y porque sus padres se merecen una noche off).
😉 Decir NO no es negar, sino abrir otras posibilidades
No tiene que ver con egoísmo o indiferencia, sino con respetar nuestras prioridades.
Hacia quien nos pide o propone algo que no podemos o no queremos hacer, siempre está la posibilidad usar lo que se llama la “Técnica del Sandwich”. Tiene 3 capas, que en vez pan-relleno-pan es positivo-negativo-positivo.
👍🏻 “Gracias por pensar en mí!
👎🏻 me resulta imposible porque…
👍🏻 Quizás puedas preguntarle a… ”
🙂 Decir NO establece límites saludables
La clave está en expresar con claridad las razones detrás del NO. Si decimos “no puedo” en vez de “no quiero” queda abierta la puerta para que, en otras circunstancias, se presente la misma situación… Además, si tu NO es razonable, no hay lugar para el debate.
Nos pasa a nosotras, por ejemplo, con el hunting. Mucha gente conoce MedioMundo por ese servicio que dábamos cuando, allá lejos en el tiempo, no existía LinkedIn ni las redes sociales. El mundo se transformó y nosotras también. Y si bien seguimos haciendo algunos procesos de búsquedas, estamos enfocadas en proyectos de Coaching, Consultoría y Capacitaciones que no nos dejan mucho aire (y además nos divierten más). Muchas de las empresas a las que brindamos estos servicios llegaron en búsqueda de Hunting, y les dijimos: “ya no estamos haciendo eso, pero te podemos ofrecer…” y así fue que pudimos enfocarnos en aquello donde sentimos que podemos generar más valor (y de paso pusimos en práctica la técnica del sandwich).
🤩 Decir NO le da más fuerza a tus SI
Cuando hacemos valer nuestro derecho a decir NO, y lo hacemos desde el respeto y la asertividad, nuestros SI se vuelven más potentes, no sólo hacia adentro sino también hacia afuera. Nos muestra como personas decididas, seguras, confiables, que no toman compromisos que no pueden cumplir.
Escuchamos mucho que a clientes, líderes o cualquier persona con “más autoridad” no se le puede decir que no. ¿No podemos? ¿en serio? Somos conscientes que quizás sean algunos de los NO más difíciles de decir, por todo lo que explicamos arriba. Aunque también, por esos mismos motivos, son algunos de los más necesarios. El asunto entonces no es si decir o no decir NO, sino de definir COMO HACERLO para que sea constructivo.

Algunos tips para aprender a decir NO
👉🏻 Simplemente practicar decir “NO”. Acostumbrarnos al sonido que sale de nuestra boca.
👉🏻 Si “NO” todavía se siente demasiado difícil, practicar decirlo con una sonrisa: “Gracias… pero NO”.
👉🏻 Cuando sea posible, ofrecer una solución. Tal vez haya alguien más o alguna otra manera de resolverlo.
👉🏻 Si no hay posibilidad de negarse, incluír alguna condición para aceptar.
👉🏻 Y si, por ahora, sigue sin salirte el NO … salir de la conversación!
Tenemos todo el derecho de pensar en nuestra respuesta y responder dentro de nuestro propio plazo. Antes de saltar para decir «OK» (otra palabra corta) frenemos un ratito y elijamos la respuesta. Está bien decir “NO” y seguir adelante sin culpa. Intentalo. Vas a ver lo bien que se siente.

PD: ¿Y qué pasa cuando ofrecemos algo y nos dicen que NO? Es tema para otro posteo… aunque algunas pistas dejamos acá.
2 respuestas
Coincido. En ocasiones es muy dificil decir que no pero es muy necesario practicarlo (en tiempo y en acción) porque en muchas ocasiones termina siendo la opción más saludable.
Me gustó mucho. Gracias por compartir!
Gracias a vos por compartir tu mirada! Es tal cual decís Tatiana, necesitamos practicar hasta que nos salga más natural poner esos limites saludables que tanta falta hacen.