LA FELICIDAD ES RENTABLE. Esto lo venimos repitiendo como mantra desde mucho antes de que tuviéramos la real dimensión de la relación que hay entre productividad y salud mental. La frase completa dice más o menos así:
“La felicidad es rentable: las personas felices duermen mejor, comen mejor, se relacionan mejor, son más productivas.”
Hoy sabemos que, cada año, la depresión y la ansiedad causan la pérdida de 12.000 millones de días de trabajo a nivel mundial, que generan una caída en productividad de US$ 1 billón (leíste bien, mil millones de dólares 😱) según datos de la Organización Mundial de la Salud.
En el contexto actual, hablar de salud mental en el trabajo es tan necesario como desafiante. Es un tema que tiene mala prensa, incomoda. Y lo que incomoda, lo decimos siempre, es porque no tiene que estar ahí.
Lo primero que hay que tener presente es que, como bien explica la OMS, la salud es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Tener salud mental integral es estar en equilibrio, sentirnos bien con nuestras emociones, pensamientos y con nuestra propia identidad, ser personas más productivas y creativas. Es manejar el estrés para tener vínculos más sanos, disfrutar la vida y enfrentar los desafíos cotidianos de forma positiva y con mayor efectividad.
No se trata simplemente de no padecer trastornos mentales graves (que requieren de otro tipo de enfoque y profundidad), sino de revisar eso malestares diarios que pueden generar desequilibrio en nuestras vidas e impactan en nuestro día a día profesional.
El trabajo es un factor clave, pasamos allí una gran parte de nuestro día. Y la manera en que vivamos esa experiencia puede influir tanto positiva como negativamente en nuestra salud mental. Entornos laborales tóxicos, cargas de trabajo excesivas, falta de apoyo o inseguridad laboral son solo algunos de los factores de riesgo que la OMS identifica como detonantes del estrés, la ansiedad o incluso el agotamiento profesional, también conocido como burnout.
Por eso es fundamental promover espacios de trabajo saludables, donde se priorice el bienestar emocional de las personas que forman parte. No se trata solo de implementar políticas, sino de cultivar una cultura organizacional donde la salud mental se valore tanto como la física.
El Costo del Burnout
El burnout o agotamiento profesional es uno de los principales problemas de salud mental relacionados con el trabajo. Este síndrome, reconocido oficialmente por la OMS, se caracteriza por una sensación de agotamiento extremo, falta de motivación y disminución del rendimiento laboral. Es el resultado de un estrés prolongado y mal gestionado, que nos impacta directamente en la productividad.
Cuando hablamos de burnout, es clave recordar que no se trata solo de «sentir cansancio» por una jornada intensa de trabajo. Es ese agotamiento emocional que se instala de forma progresiva y afecta tanto la vida laboral como la personal.
La buena noticia es que prevenir el burnout es posible. Y acá les dejamos algunas estrategias para lograrlo:
💡 LAS EMOCIONES SON NUESTRA BRÚJULA INTERNA – El miedo y la ansiedad son naturales. Registrar y escuchar lo que nos dicen es el primer paso para gestionarlas.
💡 EL MULTITASKING NO ES NUESTRO AMIGO – Intentar hacer muchas cosas a la vez es uno de los mayores generadores de estrés. Priorizá, organizá y date una pausa.
💡 LAS PAUSAS SON CLAVE – Las pausas cognitivas nos ayudan a enfocarnos y rendir mejor, mientras cuidamos nuestro bienestar mental. Tomate un respiro.
💡 CAMBIÁ EL MINDSET – La salud mental es tan importante como la física. Dale la atención que merece.
💡 IMPULSÁ ESPACIOS DE TRABAJO SALUDABLES – Propiciar la buena comunicación y entornos sociales positivos aumenta la productividad y reduce el ausentismo y la rotación.
💡 CUIDÁ A TU EQUIPO – Liderar bien es cuidar el bienestar del equipo. Si tu equipo está bien, se trabaja mejor y con más ganas.
💡 GESTIONÁ TUS NIVELES DE ESTRÉS – El estrés es la respuesta natural de nuestro cuerpo ante situaciones que percibimos como amenazantes o desafiantes. Sirve para mantenernos alerta y en foco. Pero cuando se prolonga y no se gestiona adecuadamente, puede causar problemas físicos y emocionales… y claro, burnout!
Desde MedioMundo trabajamos mucho, tanto con las empresas como con las personas de manera individual, para aprender a gestionar el estrés. Forma parte de las habilidades blandas que hoy son las clave para conformar equipos saludables y productivos. La personas necesitamos energía para movernos, pensar, hacer. Y así como hay cosas que la drenan (el estrés es una de ellas) hay otras que nos ayudan a mantener altos nuestros niveles de energía.
Acá les dejamos algunas ideas para que empiecen a implementar ahora mismo:
- PRIORIZAR EL SUEÑO: Dormir bien es esencial, es nuestro reboot. La higiene del sueño incluye mantener una rutina para acostarse y levantarse, limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y crear un ambiente relajante, aspectos clave para un descanso reparador.
- SEGUIR UNA RUTINA DIARIA: Tener una rutina organizada -desde establecer horarios para dormir, comer y hacer ejercicio, hasta planificar pequeños momentos de desconexión- ayuda a sentirnos en control. Saber qué tenemos por delante (mucho o poco) nos baja el nivel de ansiedad, y por ende, de estrés.
- CULTIVAR RELACIONES SOCIALES POSITIVAS: Los vínculos sanos son una excelente forma de liberar tensiones. El estudio más largo sobre este tema se inició en Harvard en 1938 (y sigue aún a varias generaciones de participantes). Uno de sus hallazgos más importantes es que las personas que se sienten más conectadas con su familia, amigos o comunidad tienden a ser más felices, más saludables y a vivir más tiempo.
- COMER SALUDABLE: La relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos es real. Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y agua, puede mejorar nuestra energía y bienestar mental. No le cuesta lo mismo a nuestro organismo procesar una manzana que un BigMac.
- REDUCIR LA EXPOSICIÓN A NOTICIAS ESTRESANTES: la sobreexposición a noticias negativas puede aumentar el estrés. Limitar el tiempo que dedicamos a seguir estas noticias, o al menos hacerlo de forma consciente, es una forma de proteger nuestra salud mental. No te preocupes, las cosas importantes te las vas a enterar igual.
- PRACTICAR TÉCNICAS DE RELAJACIÓN: La meditación es una gran herramienta para lidia con el estrés diario. La neurociencia ha demostrado que dedicar solo unos minutos al día a estas prácticas puede marcar una gran diferencia en nuestro bienestar emocional. No es magia, es ciencia.
Cuidar nuestra salud mental no es solo una cuestión personal, también es una responsabilidad colectiva. Cuando priorizamos el bienestar, no solo nos sentimos mejor, sino que trabajamos mejor. Implementar pequeños cambios tiene un gran impacto en cómo nos relacionamos, producimos y disfrutamos del día a día. Porque, al final del día, un equipo feliz es un equipo que crece.
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